lunes, 27 de agosto de 2012

Unos voyeurs inesperados.

Tengo una mala costumbre cuando me aburro, y es dar vueltas en coche por la ciudad. Ese día, además, iba bien acompañada. Nuestro inicial paseo inocente, prosiguió con su mano entre mis piernas. Y NADA me saca más de quicio que que me exciten mientras conduzco. No lo tolero nada bien. Con su insistencia, me salí del camino y aparqué allí mismo. Resultó ser la puerta del parque de atracciones de la cuidad y un día entre semana y después de comer, por lo que no había mucha gente.

El calentón fue subiendo de tono y nos fuimos a la parte trasera del coche. He de decir que nunca me ha gustado follar en el coche, pero si hay que hacerlo, se hace sin rechistar. Aun que invierno el follar en un coche es algo muy discreto porque la respiración empaña los cristales, en esta ocasión era primavera, así que desde fuera se nos veía perfectamente. Al principio intenté dejarme la camiseta puesta pero llega un punto del  polvo en el que pierdo hasta el sentido de la supervivencia. Así que me desnudé por completo pese a que pasaba gente bastante cerca del coche y me iban a ver de cintura para arriba desnuda. 


Pero... ¿Y qué importa eso mientras estás corriéndote una y otra vez? Él en cambio, pese a que no enseñaba nada, estaba bastante preocupado con la gente que pasaba. Me comentó que había dos abuelos que no paraban de pasar una y otra vez cerca del coche. Me fijé en ellos y efectivamente, no sé que clase de paseo daban, pero pasaban por delante del coche una y además a paso lento. Yo seguía cabalgando, pero cuando pasaban ellos, lo vivía más, gemía más y todo esto se debía a que SÍ, me ponía cachonda que me estuvieran mirando y saber que mi imagen se iba a grabar en sus retinas y la iban a recordar durante un buen tiempo. El polvo ganó muchísimo gracias a dos voyeurs inesperados.



¿Os han observado alguna vez mientras follabais? ¿Os gustó? ¿Os gustaría que lo hicieran?

1 comentario:

  1. Yo de pequeño, estaba en una excursión del colegio, tendríamos algo menos de 10 años. Estábamos en la montaña, y por la tarde, nos dejaban tiempo libre. Fuimos varios compañeros a darnos una vuelta, cuando vimos un todoterreno "botando" y la tía en tetas cabalgando, con las manos apoyadas en el techo y gritando.

    Nos quedamos mirando como buenos pajilleros, hasta que la tía nos miró y salimos corriendo de la verguenza.

    Estuvo bien el día, sí :')
    Y eso que aún no éramos ni adolescentes, estábamos empezando a conocer todo eso.

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